
Este espectacular arco de piedra de se encuentra en el extremo oeste de la playa de Reynisfjöru, a poca distancia de los acantilados del cabo de Reynisfjall, los pitones rocosos de Reynisdrangar y el pueblo de Vik. A 175 km de Reykiavík (unas 2h y 20m) está es una de las excursiones preferidas cuando no tenemos tiempo para hacer la Ring Road.
La zona es una reserva natural protegida que está cerrada de mayo a junio para favorecer la nidificación de las aves que visitan Islandia. Cientos y cientos de Frailecillos, gaviotas árticas, fulnares y otras aves boreales se reproducen entre mayo y junio, justo la época en la que la entrada a ala reserva natural está prohibida.
El arco de piedra se eleva hasta los 120 metros de altura lo que permite una vista de las playas aledañas y del océano bravo que castiga esta zona de Islandia. Dyrhólaey es realmente una isla que se ha unido al resto de Islandia por las playas y zonas de marisma que la rodean. Desde lo alto, los acantilados nos presentan el salvaje océano Atlántico, pero si nos damos la vuelta y miramos hacías las tierras altas, veremos el casquete del glaciar Mýrdalsjökull, lo que nos recuerda que el Polo Norte y Groenlandia no están tan lejos.
Un faro construido a principios del siglo XX se posa en el extremo del arco de piedra de Dyrhólaey. Ya no está habitado y funciona de manera autónoma. Ello ha permitido que se transforme en un hotel / Casa rural que pueden alquilar grupos de hasta cinco personas.
Dyrhólaey es un paraíso de los fotógrafos de aves y de paisajes. Un lugar mágico sobre dodo al atardecer y al amanecer. Inolvidable.
Plano de la zona de Dyrhólaey y Vík, para ver todo lo que hay allí.
